No sé quién es más inteligente. El dueño del perro (al parecer, un ingeniero) que construyó esta catapulta para permitir a su perro jugar a la pelota con ella misma o el perro que sabe cómo utilizar el artilugio tan perfectamente que puede mantenerse entretenido cuando su dueño está ocupado. De cualquier manera, ambos son genios.
Carga la catapulta. Tira de la palanca. Persigue la pelota. ¡Qué interesante! Fuente
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